Mudéjar, del árabe mudayyan, que significa «aquél a quien le ha sido permitido quedarse».
Contrario a lo que se piensa, el Kiosco Morisco de Santa María La Ribera no fue el exquisito regalo de un jeque árabe a la capital mexicana. Por el contrario, fue diseñado a finales del siglo XIX por José Ramón Ibarrola para ser el Pabellón Mexicano en la Exposición Universal de Nueva Orleans. Con un estilo mudéjar, pero construido con los materiales más modernos de la época, estuvo situado muchos años en la Alameda Central de la ciudad de México, hasta que Porfirio Díaz mandó erigir en su lugar el Hemiciclo a Juárez. Por eso, en 1910 se mudó al entonces nuevo fraccionamiento de Santa María La Ribera, desde donde se le han atribuido mitos históricos y mágicos, casi todos relacionados con el número ocho, cifra que prevalece en su composición.
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